Los errores que cometimos al elegir el fotógrafo de boda

Ago 16, 2021 | BODA, ORGANIZA TU BODA

Nosotros nos casamos en 2007, pero empezamos a organizar nuestra boda en 2005. Y empezamos el proyecto de “Jorge Molina Fotografía” en 2012. Echando la vista atrás, y después de todo lo que hemos aprendido en estos años en el sector, vemos todos los errores que cometimos en su día y no podemos más que estar agradecidos porque no hubiera ningún gran problema.

LOS ERRORES QUE COMETIMOS AL ELEGIR EL FOTÓGRAFO DE NUESTRA BODA

Y todo lo que tú no debes hacer

Estuvimos año y medio organizando la boda, cuando en aquellos momentos no se estilaba más de 8-6 meses y se dejaba casi todo a la elección del profesional de turno.

Nosotros nos implicamos en todo. 

Buscamos, elegimos, diseñamos…, queríamos que nuestra boda fuera divertida, que nos representara y que se saliera un poco de la norma.

La verdad, aunque ahora la haríamos muy diferente, fue un fiestón y muchos aún nos dicen que no han visto boda que supere la nuestra por la implicación, por cómo nos preocupamos por que todos los invitados disfrutaran y por lo detallistas que fuimos.

Pero vamos a hablar de lo que nos trae hasta aquí hoy: 

“Los errores que cometimos al elegir nuestro fotógrafo de boda”

ERROR 1 – No tener varias opciones pensadas

Teníamos clarísimo quien queríamos que nos hiciera las fotos de la boda. 

Un fotógrafo local, conocido de toda la vida, al que siempre he apreciado profesionalmente como aficionado de la fotografía que yo (Jorge) era en aquel momento.

Un buen profesional, aunque de estilo muy clásico. No queríamos posados, pero sabíamos que hablando podríamos tener una fotos diferentes, además en aquellos momentos era “el más caro”, lo que parecía que lo situaba como el de mayor calidad y, para nosotros, tenía que ser él.

Nos casábamos en un puente, por lo que sabíamos que teníamos que reservar los profesionales con tiempo.

En cuanto confirmamos la fecha, casi año y medio antes, fuimos a buscarlo y… estaba ocupado.

Fue un golpetazo de realidad. 

No teníamos más opciones.

ERROR 2 – No comparar

No sabíamos a quién elegir. 

No veíamos lógico contratar a alguien de otro lugar, habiendo profesionales en el pueblo. 

Pero el resto de fotógrafos eran aún más clásicos (la mayoría a puertas de jubilarse), hacían parte de la boda en estudio y no queríamos eso.

Preguntamos en un estudio local, que tenía más establecimientos por la provincia. Era algo más moderno, también conocíamos a los empleados y hacían de todo: bodas, comuniones, ampliaciones, enmarcaciones, foto-regalos, fotos de carnet, fotos de estudio, vendían cámaras, hacían revelados… y siempre tenían mucha gente en el local.

Y pensamos… “Si hacen de todo y siempre hay gente, tienen que ser buenos”

Preguntamos por el reportaje de boda, nos dijeron las páginas que tenía el álbum, el precio y los regalos que tendríamos tras la boda. 

Como nos pareció bien reservamos la fecha con 100,00 € y, para nosotros, ya estaba todo hecho.

ERROR 3 – Las prisas

Cómo nos daba miedo perder también esa opción y nos parecían bien los precios, reservamos la fecha sin pensar.

Las prisas nunca son buenas consejeras.

Evidentemente, si tienes algo claro, ve a por él, pero párate a pensar, haz cuentas y pregunta todos las dudas que te surjan.

ERROR 4 – Presupuesto y contrato

Nunca firmamos un contrato.

Ni siquiera teníamos un presupuesto donde se viera claramente lo que estábamos contratando.

Teníamos (y tenemos) un papelito escrito a mano, donde nos dieron dos opciones de reportaje, cambiando simplemente el tamaño del álbum. 

Sin membrete, sin nombres, sin datos, sin indicar qué reservábamos

ERROR 5 – Control de pagos

Igualmente, no hubo un control de pagos que digamos… te de seguridad.

Teníamos (y tenemos) un recibo escrito a mano, sin ningún tipo de identificación de la empresa ni numeración donde solo se indica: 

Reportaje de boda

La fecha de la boda escrita en un margen

La fecha del día que “contratamos”

Todos los pagos a cuenta que fuimos haciendo y su fecha.

Teníamos que llevar nuestro recibito para que nos anotaran los pagos y ellos reflejaban sus cobros en un cuaderno.

Ahora lo pienso y me da pánico.

¿Qué hubiera pasado si se perdiera el cuaderno o mi recibo?

¿Y si la empresa quiebra? ¿Cómo reclamaríamos sin un solo documento nominativo de esa empresa?

ERROR 6 – No preguntamos nada

Por desgracia, como les pasa a muchos novios, íbamos pensando en el precio, en cuantas fotos entraban en el álbum y en si tenían la fecha disponible.

No hicimos ni una sola pregunta más.

No preguntamos estilo, no preguntamos quién haría las fotos, cuántas personas irían a nuestra boda, si necesitaban algo, nunca hablamos con la persona que haría las fotos hasta el día de la boda…

ERROR 7 – No se planificó nada 

Un par de días antes de la boda, fuimos al estudio, les dijimos las direcciones, el horario de la ceremonia y ellos nos dijeron a qué hora irían a cada casa, ya está.

No hubo más planificación, consejos, indicaciones… nada de nada.

Nosotros no habíamos pasado por bodas cercanas antes y no sabíamos qué teníamos que hacer, cómo teníamos que preparar las cosas… nada de nada y la verdad es que íbamos pendientes de que nos dijeran qué hacer en cada momento.

ERROR 8 – El preboda lo hizo otra persona

El reportaje incluía un pequeño preboda, pero esas fotos no las hacía nuestro fotógrafo, las hacía el dependiente de la tienda.

Una persona que no era fotógrafo.

Una buena cámara, la ubicación de siempre y las mismas posturas, pues daban pie a un pequeño reportaje decente para tener un recuerdo, pero no mucho más.

Además, por tema de horarios y disponibilidad por parte de ellos, hicimos las fotos el día antes de la boda, porque era festivo y no duró más de 30-40 minutos en un único lugar posando donde todas las parejas suyas lo hacían.

ERROR 9 – No conocíamos al fotógrafo

El día antes de la boda, el dependiente de la tienda nos avisó que irían tres personas a nuestra boda. El fotógrafo y dos personas más haciendo video. Nos extrañó ya que no lo habíamos contratado y nos dijo que tenían a un chico en prácticas para video y lo estaban formando.

Pensamos que sería algo normal y que luego tendríamos algo de ese material en vídeo y no nos importó.

Llegó el día de la boda y entraron en casa 3 personas que no conocíamos de nada, la verdad, fue un poco incómodo. Pero pensamos que era lo “normal”.

Que no sepan tu nombre, que tú no sepas cómo llamarlos, que no sepan qué quieres y qué no quieres. Que busques fotos naturales y no te pidan más que poses…

Era todo lo contrario de lo que esperábamos.

ERROR 10 – No teníamos derechos de imagen

Cuando “contratamos” la boda nos dijeron que si usaban alguna de nuestras fotos para el escaparate, nos avisarían y cuando hicieran el cambio de escaparate, nos las regalarían.

En aquellos momentos, que usaran nuestra imagen era un “regalo”, porque eso, en un pueblo pequeño era como salir en el periódico.

Pero… ¿seguro que era un regalo? Ahí no había documento de cesión de derechos de imagen, de protección de datos, ni nada y os aseguro que en ese momento ya había ley para ello. 

¡Cómo han cambiado ahora las cosas y que desprotegidos estábamos antes!

No usaron nuestras fotos para el escaparate, pero sí para el álbum de muestra que tenían en sus tiendas. Sin avisar claro, sin firmar nada y sin tener ningún detalle a cambio.

¿Y del video qué? Estuvieron realizando tomas de nuestra boda, que luego usaron para prácticas dentro de su empresa. Pero no vimos absolutamente nada. ¿Qué otro uso les dieron? ¿Harían algún vídeo promocional también con esas imágenes? 

¿No creéis que deberían habernos compensado por lo menos con un tráiler de nuestra boda?

ERROR 11 – No conocíamos su forma de trabajar

No conocíamos los procesos, las condiciones, los plazos, nada de nada.

Nuestra boda era de mañana, el fotógrafo llegó a casa sobre las 9:00-9:30, pues cuando se cumplieron las 8 horas de su turno, se fue. No nos lo podíamos creer. 

Nuestra comida empezaba a las 14:30 y teníamos hora y media de canapés, por lo que cuando nos dijo que se iba estábamos con el primer plato en la mesa. 

Si queríamos foto de la tarta, nos dijo que teníamos tiempo para cortarla hasta que le sirvieran el 2º plato, no se podía esperar más porque se habían cumplido sus 8 horas de trabajo.

Nos quedamos bastante plof porque pensábamos que se quedaría hasta el baile, que es lo que habíamos visto que hacían otros fotógrafos. Pero también entendíamos que las jornadas de trabajo son de 8 horas y teníamos que respetar eso. Así que hablamos con el maitre, pedimos que prepararan la tarta y la cortamos entre el primer y segundo plato, algo bastante raro, pero por lo menos tenemos la foto de ese momento, que habíamos preparado con mucho detalle.

Eso sí, nos quedamos sin fotos profesionales del baile y de la mitad de nuestros invitados.

Ver nuestras fotos, montar el álbum y hacer revisiones fue muy largo y muy difícil.

Tardamos 8 meses en ver las fotos y, llegado el momento, nos dijeron que teníamos que verlas en el estudio. Nuestro horario de trabajo coincidía con el del establecimiento y no podíamos esperar otro año a tener vacaciones para elegir nuestras fotos. 

Al final, como un favor, nos dieron las “pruebas” de nuestras fotos. Pero estaban montadas en un video que teníamos que parar constantemente para apuntar números y que se veía fatal, sin definición.

Además no habían limpiado las fotos “malas”. También estaban las borrosas y con los ojos cerrados… por lo que la selección era aún más difícil y lenta. Tenemos varias fotos en el álbum con los ojos cerrados, porque era imposible apreciarlo en el vídeo y hasta que no tuvimos el álbum no se veía.

Elegimos las fotos con muchísimo trabajo, les pasamos la selección y ahora tocaba espera el álbum.

ERROR 12 – La comunicación tras la boda

Nosotros tratábamos con el dependiente del estudio, pero las fotos las hizo otra persona que no trabajaba allí, las editaban en otro lugar y maquetaban el álbum en otro.

No teníamos una comunicación directa y fluida para poder resolver nuestras dudas.

Pasaron varios meses y no teníamos el borrador de nuestro álbum. 

Editores saturados, ordenadores rotos, disco duro borrado, el trabajo lo hacen en Madrid… cada vez que preguntábamos era una nueva excusa. Tardamos más de 6 meses en tener el primer borrador.

De nuevo, no podíamos sacar el borrador del álbum del local. ¿Cómo podíamos pedir los cambios si no podíamos ver tranquilamente su trabajo y compararlo con nuestra selección y nuestros gustos?

Como un favor, de nuevo conseguimos poder ver las pruebas en casa, pero sólo durante el fin de semana. Las recogíamos el sábado en la hora de cierre y un familiar las devolvía al estudio el lunes a la hora de abrir. Algo que si antes veíamos absurdo, ahora ya lo vemos de locos.

Y todo esto con el reportaje pagado antes de la boda. Porque si no hubiéramos pagado entiendo que no quieran que saquemos el trabajo de allí. Pero con todo pagado tiene menos sentido aún.

El borrador era como una cartulina (tamaño A3 aproximadamente) donde aparecía cada página del álbum en pequeñito. Había cosas que teníamos que mirar con lupa.

Podíamos elegir 60 fotos para el álbum. Ni una más, ni ampliar las páginas. Y sólo teníamos opción a hacer 3 cambios de fotos sobre el primer borrador. 

¿Pero si no habían puesto las fotos que nosotros habíamos elegido cómo que solo podíamos modificar 3 fotos ahora? Hasta ahí podía llegar la cosa.

Negociamos con el estudio el cambiar todo lo que quisiéramos en ese borrador, ya que no se había respetado nuestra selección y pasarles esos cambios al laboratorio.

Como vimos que con el primer borrador no habían hecho ni caso a nuestra selección de fotos, para ir sobre seguro, decidimos hacer “nuestro borrador”.

Hicimos un esquema página a página, indicando el número de foto y la ubicación. La mayoría de los casos era cambiar una foto por otra o cambiarla de B/N y ponerla a color, que no era nada excesivamente complicado.

Aun así, pasamos por 4 revisiones más porque no había manera de que hicieran los cambios que solicitábamos. Y tenemos fotos que no elegimos y fotos con los ojos cerrados.

ERROR 13 – No quejarnos

En todo momento fuimos asumiendo que las cosas eran así, que no se podía hacer de otra forma y no nos quejamos ni reclamamos.

No nos quejamos del álbum, estamos orgullosos de él y refleja unos momentos muy especiales y podemos decir que encontramos bastante comprensión en los dependientes del estudio, pero el proceso de trabajo del laboratorio dejó bastante que desear.

Además podemos decir que tuvimos muuucha suerte, porque varias parejas del año siguiente perdieron sus fotos por problemas técnicos y no sabemos hasta qué punto, recibieron una compensación.

Todas estas cosas hicieron que, en cuanto pensamos empezar a trabajar en bodas, sabíamos que el proceso sería muy muy diferente y lo principal sería poder ofrecer seguridad y facilidades a los novios en todos los sentidos.

Como ya hemos dicho, no estamos descontentos con el resultado del reportaje y del álbum, pero si bastante con la forma en la que todo se realizó y con la comunicación nula que hubo.

Somos conscientes de que han pasado muchos años y el sector a cambiado mucho. Ahora hay mucha mejor comunicación y más cercanía entre los profesionales y las parejas, pero eso no quita que puede surgir algún problema como los que nosotros sufrimos.

Y contarte todos estos errores que, nosotros cometimos y permitimos, es para que tú no pases por ninguna de estas situaciones.

 

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. Esperamos que este post te haya resultado interesante y te pueda ayudar para evitar los errores que nosotros cometimos al elegir nuestro fotógrafo de bodas.

¿Se te ocurre a ti algún otro error que otros novios hayan cometido?

Nos encantaría leerte en comentarios. 

Y si te has quedado con ganas de más, te dejamos aquí el acceso directo a otros post que pensamos te pueden resultar de utilidad:

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Te esperamos en el próximo post, para seguir ayudándote con tu boda.

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